jueves, 14 de octubre de 2010

Robert G. Edwards: Un Nobel “In Vitro”

 
El último premio Nobel de medicina y fisiología ha sido otorgado a Robert G. Edwards. Este investigador logró la reproducción artificial hacia los años 70 del pasado siglo. Desde entonces muchos seres humanos han venido al mundo con esta técnica que siempre ha estado  rodeada de polémica.



 La primera fue Luoise Brown en 1978, seis años después nació Victoria Anna Sánchez, la primera en España,  después llegaron los gemelos de Ana Rosa Quintana y el año pasado mis sobrinos. Entre tanto, llegaban al mundo más de cuatro millones de niños gracias a la reproducción “in vitro”.

El padre de esta proeza, Robert G. Edwards, ha sido recientemente galardonado con el premio Nobel de Medicina y Fisiología (en inglés). Edwards, antiguo investigador de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) dio los primeros pasos en 1968 cuando fertilizó un óvulo humano fuera del organismo de la mujer. Lo realizó junto a Patrick Steptoe ( en inglés). Este ginecólogo, que había desarrollado la laparoscopia (técnica quirúrgica mínimamente invasiva), falleció dos décadas después de lograr la fecundación artificial, por eso no se le ha otorgado el Nobel.

El instituto Karolinska de Suecia, que entrega el premio de 10 millones de coronas suecas (1.08 millones de euros), ha considerado el nacimiento de “niños probeta” una nueva era en la medicina reproductiva.

Una carrera de Obstáculos
El camino de Edwards y Steptoe estuvo rodeado de polémica. La sociedad de principios de los años 70 del siglo pasado y la comunidad científica les tachaban de violar las leyes de la naturaleza, de creerse dioses y realizar milagros. Estas reacciones provocaron el rechazo del Medical Reaserach Council a su solicitud de financiación.
A pesar de los contratiempos, sus trabajos siguieron adelante con financiación privada y han recibido numerosos galardones, entre ellos el prestigioso Premio Albert Lasker de Investigación Médica en 2001.

Con el otorgamiento de este galardón se reconoce el sueño de ser padres a pesar de las leyes de la naturaleza. Ante el retraso de la maternidad, en las sociedades occidentales las mujeres tienen un aliado en la reproducción asistida, pero ¿qué nos depara esta nueva era reproductiva? ¿Qué hay de las implicaciones éticas? ¿Seremos partidarios de poder elegir el color de los ojos o el sexo de nuestro bebé? ¿Ya no necesitamos a los  hombres para la fecundación?

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