martes, 1 de noviembre de 2011

Te doy mi sangre

Tenemos unos 5 litros es de color rojo -aunque había gente que se creía que la tenía azul-, hay varios grupos y no podemos vivir sin ella. Es la sangre y la posibilidad de obtenerla se la debemos a la generosidad del ser humano, único capaz de fabricarla en su propio organismo y de donarla en los puntos de extracción.

                                                                               Bolsa de sangre.


Para donar sangre lo ideal es haber comido algo, tanto si se acude en horario de mañana como de tarde, no hay que ir en ayunas, no es un análisis de sangre. “Por la mañana tómate un buen desayuno y si vas a algún punto de extracción por la tarde, ten encuenta que haya pasado una hora después de la comida.” Es lo que aconseja la directora del Centro de Transfusiones de la Comunidad de Madrid, Luz Barbolla. (vídeo, 11:59)

                                              Luz Barbolla, en el centro de Transfusiones de la Comunidad de Madrid.

Una vez donada la sangre, se envía al Centro de Transfusiones donde se extraen los diversos componentes que la forman.  Allí se fraccionan los tres elementos que componen la sangre: los glóbulos rojos, las plaquetas y el plasma, que pueden ser aprovechados por pacientes diferentes.

Cada uno de estos componentes se trata de una manera diferente y tiene una utilidad y una vida distinta. "Por ejemplo, las plaquetas solamente duran 5 días a una temperatura de 22 grados y son muy importantes porque cada día se utilizan más, especialmente en enfermedades como la leucemia.
El plasma es muy importante porque se utiliza en accidentes de circulación o cuando hay pérdidas masivas de sangre. Con el plasma se recupera el volumen de sangre de la persona y puede congelarse y disponer de él durante un año", explica la doctora Barbolla.

La sangre forma parte de nosotros mismos y donarla es un acto muy personal, por eso cada uno tiene sus razones para hacerlo o no ¿Tienes tu razón para donar sangre?

Audio ¿Porqué donar sangre? (01:10)

Estas personas que donan su sangre, desinteresadamente, ayudan a salvar vidas y se convierten, sin saberlo, en héroes anónimos de quienes todos deberíamos tomar ejemplo.

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